Los niños son el futuro y en nuestras manos está ayudarles a descubrir el mundo, inculcarles la importancia de cuidar el Planeta, el valor de cada pequeño gesto. Pero… ¿Cómo trabajar la conciencia ecológica con niños? 

Tenemos el placer de contar con una colaboradora que sabe mucho sobre este tema. Bea Sánchez “Mamá Valiente“. Madre de cuatro en dos embarazos, Bea ha elegido para su familia una vida minimalista y sostenible y van poco a poco sumando pasitos. Ser ejemplo de lo que predicas es el primer paso, un hecho vale más que mil palabras. Pero ¿Qué más podemos hacer? Sigue leyendo para descubrirlo…

Cómo trabajar la conciencia ecológica con niños

 ¿Has oído hablar de la ‘ecoeducación’ o de niños ‘ecoeducados’?  Seguro que leíste sobre Inteligencia Emocional, un concepto presentado por Daniel Goleman. Este mismo autor introdujo el concepto de Inteligencia Ecológica en 2009. Con ella nos referimos a la capacidad para conocer el impacto ecológico de aquello que compramos, fabricamos o vendemos. Y nuestra actitud ética sobre ello en función de proteger el futuro del planeta. Todos queremos un hijo con talento, pero para que esto sea así por generaciones, nos conviene educar su inteligencia ecológica.


Ecoeducar a un niño

 La primera regla para ecoeducar es muy clara: LOS NIÑOS NOS IMITAN . Tu comportamiento ambiental es el que educa al niño. Tu mensaje no vale de nada si no va acompañado del gesto. Una hamburguesa maxi y una tarde de compras compite directamente con tu mensaje ecológico. Sé que tu intención es santa, pero mejor que hablar con ellos es hacerlo con ellos.

Sé que en casa damos un ejemplo sin palabras cuando nos ven llevar nuestras bolsas al súper, cuando compramos a granel con las bolsas de red, cuando llevamos la botella de acero en la mochila o cuando le decimos a la mayor ante una conserva: Busca si está en cristal. Esta es una forma muda de educar. El único esfuerzo que requiere es tu empeño.

Otro efecto fundamental es que los adultos podemos ayudarles a desarrollar empatía por todas las formas de vida. De nosotros pueden aprender que somos superiores como especie o todo lo contrario: que somos un miembro más de esta red de vida.

Si llevamos a los niños hacia esta sensibilidad, podemos hacerles partícipes de las consecuencias de nuestros actos en el planeta. Que para ellos son invisibles gracias a las estrategias de la industria y la zona en que vivimos. Tu hijo no verá desertificación, explotación o desforestación a este lado del planeta. Tú serás sus ojos para las cosas invisibles. Y harás visible lo invisible gracias a la ecoeducación.


Acciones para educar en conciencia ecológica en la primera infancia

 Ya en los primeros años pueden normalizar acciones rutinarias y ecológicas  como recibir una ducha en vez de un baño o cerrar el grifo entre usos. Pueden dar por hecho que su merienda no va en papel de aluminio, sino que se lleva en portabocata de tela o fiambrera de acero o bambú. Contigo aprende que las plantas se riegan por la tarde porque con el calor del sol se evapora un 60 % del agua antes de ser absorbida por las plantas. Usa las dos caras del folio y papá y mamá evitan hacer fotocopias en lo posible porque nos quedamos sin árboles.

Además, en casa el niño ve cómo se utiliza la tela y el papel antes que las toallitas. ¿Sabías que en Valencia se generó un tapón de toallitas de 1km de largo y 900 toneladas de peso que casi inunda el Turia con aguas grises? Y sobre todo asume que lo normal es estar en contacto con la naturaleza y salir a dar paseos. Un niño ecoeducado no tiene síndrome por déficit de naturaleza.


Acciones para educar en conciencia ecológica a partir de los 6 años

Cuando el niño crece, aprende a apagar las luces y los aparatos electrónicos que no se están usando. Conoce cómo reciclar correctamente y se encarga de gestionar su propia basura. Ya puedes darle una bolsa de tela propia y guarda con mimo su propia botella de acero. En el baño, usa champú y gel sólido y elige sus olores favoritos. ¿Qué tal hablarle del cepillo de dientes de bambú?

Cuando en septiembre llega el cole ha buscado con mamá una mochila de segunda mano porque hay muchos niños que no llegan a estrenarlas. Y si algún año hay que comprarla, evita vinilos y plásticos en el diseño. Está utilizando el dorso de una página impresa por una cara para sus trabajos. Incluso para entregar los deberes, dándole un mensaje claro al profesorado. Cuando llega el frío, saca su buen jersey y se pone los calcetines gorditos. Sabe que esto es mejor que la calefacción a tope. En ese momento invernal abre su libro electrónico. Allí tiene todos sus cómics, libros ilustrados y novelas, sin gastar un solo papel. Aunque sigue leyendo en papel gracias a las bibliotecas.

Además, ha plantado al menos un árbol en su vida. Es el momento de hablarle de términos como ‘consumo colaborativo’, ‘upcycling’ o ‘economía circular’.


Referentes que conocer

jóvenes activistas ecologíaAhora que tu hijo ha crecido hace muchas más preguntas y ya le has hablado de las energías alternativas. Además, le has presentado a activistas jóvenes como:

  • Greta Thunberg, activista sueca que lucha por la concienciación del calientamiento global.
  • Xiuhtezcatl Martínez, activista indígena creador de Earth Guardians.
  • Kathy Jetñil-Kijiner, poeta, activista del cambio climático y educadora.
  • Marinel Ubaldo, que testificó contra las grandes compañías de energías fósiles.
  • Jamie Margolin, creadora del movimiento Zero Hour.
  • Jaden Anthony, autor de Kid Broklyn, una serie de cómics que conciencian a los niños de los problemas sociales y ambientales de la actualidad.

O los no tan jóvenes como:

  • Patri y Fer en España, que iniciaron una vida sin plásticos.
  • Bea Johnson, que difundió la vida sin residuos en familia.

Las fotos que tu hijo debería ver y tú no quieres enseñarle

Cuidando la edad y sensibilidad del niño, poco a poco puedes mostrarle la vida fuera de nuestro alcance. Y cómo nuestras acciones están repercutiendo en espacios que no vemos. Puedes enseñarle estas 66 fotos de contaminación de National Geographic o googlear la ‘Isla de basura’ en el Pacífico. Puedes hablarle del río Citarum en Indonesia. Es el río más contaminado del mundo, insalubre y letal para los niños. O directamente enseñarle las fotografías de los animales marinos nadando entre plásticos o enredados en ellos. Terrible, aviso.

Si tienes valor, puedes mostrarle las fotografías del desastre de Rana Plaza y contarle que cuando crujió el edificio obligaron a volver a los trabajadores a sus puestos hacinados. Cuando cayó el edificio murieron 1134 personas y hubo 2000 heridos. Estaban haciendo la ropa que nosotros llevamos. O pon sobre la mesa 11 céntimos y dile a tu hijo adolescente que eso es lo que cobra una mujer o niña en India que da los retoques de las prendas de grandes marcas internacionales. Esas que ‘molan’ tanto.

Muy difícil, lo sé.


Aprender jugando

 ¿Quieres que la ecoeducación sea un juego?  Hay muchas formas de trabajar con ellos la conciencia ecológica y aquí van unas cuantas:

  1. PREGUNTAS: Jugad a hacer preguntas e investigar su respuesta: ¿Cómo ha llegado este alimento a la nevera? O ¿cómo se ha hecho mi ropa? ¿De qué materiales están hechos mis juguetes? ¿Se podrá reciclar cuando ya no lo quiera? Según la edad del niño podrás hablar de ganadería y agricultura intensiva, pesticidas, comercio justo, residuos, etc. Después podéis tomar juntos decisiones de cambio.
  2. BIODIVERSIDAD: La biodiversidad es algo que les fascina sin saber siquiera su nombre. Gracias a esto tan increíble mis hijos disfrutaron este año de conocer animales de Brasil como el delfín rosa o el uacarí calvo. Hablad del concepto extinción usando los dinosaurios, el dodo y los animales que están hoy en peligro. Aquí tienes la lista de los animales en peligro de extinción en 2019. Trabajad sobre ellos.
  3. EL AGUA: El agua está repartida de forma desigual en el mundo. ¿Qué tal si se lo hacemos ver llenando a uno un vaso, al otro medio y al otro nada? Incluso en la ducha si tiene hermanos: ‘Tú te ducharás con esta agua y tú con esta otra’ ¿Es justo esto? Y tanto que no. Es tu ocasión para hablar del consumo responsable del agua.
  4. PUNTO LIMPIO: Organiza una visita al punto limpio más cercano y lleva varias cosas de las que queráis deshaceros. Dale la responsabilidad de acertar dónde debe ir cada objeto: ¿plástico o electrónica? Y antes de tirarlo, piensa si esa huevera puede servirte para organizar las joyas o la caja de zapatos para organizar ropa en el cajón a lo Marie Kondo.
  5. LIMPIEZA: Deja que ellos se encarguen de la rutina de limpieza con productos naturales. Probad a usar agua con vinagre y bicarbonato. O una pastilla de jabón. Permite que vean desde pequeños que evitar los productos tóxicos es posible, normal y beneficioso para ellos y el planeta.

Un libro para niños y otro para adultos

Si quieres trabajar la conciencia ecológica de los niños con libros, estas son mis dos recomendaciones:

  • El niño semilla, de Levi Pinfold. Además de bellamente ilustrado, la historia es de las que dan un golpe de conciencia: un bebé aparece de la nada y va invadiéndolo todo con flores, frutos y ramas. Los habitantes están enojados pero ¿no es eso lo que hemos hecho nosotros con la naturaleza?
  • Ecoeducación, de Daniel Goleman, Lisa Bennett y Zenobia Barlow. El subtítulo lo dice todo: Educadores implicados en el desarrollo de la inteligencia emocional, social y ecológica. Tanto si eres padre como educador, este material te será de mucha ayuda.

Bea Sánchez

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©Todas las imágenes del post son propiedad de Mamá Valiente (Bea Sánchez)


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