Hoy os traigo unos consejos, espero que útiles, de cómo reducir el plástico en familia, pero antes de meternos en materia es importante destacar la importancia de reducir plásticos y no tanto de reciclar porque el porcentaje de lo que echas en el contenedor amarillo y que luego verdaderamente se recicla es de un pobre 30%. Demasiado bajo para poner únicamente el foco en reciclar y no preocuparnos en reducir su consumo.
Consejo número uno: explícales los motivos para reducir el consumo de plástico
En más de una ocasión alguna de las abuelas de los salvajitos se ha molestado por mi mala cara cuando les compran un huevo de chocolate con sorpresa dentro. Y no es por el chocolate (que a veces también) si no porque en el interior tenemos una bola de plástico que se abre y dentro traerá probablemente otra chuminada de plástico que raro será que al día siguiente tenga algún interés para ellos.
Entonces ¿para qué pagar un euro, por dos onzas de chocolate y un montón de basura de plástico? Es preferible comprar una tableta completa.
Esto yo se lo he explicado a mis hijos, que es muy difícil reciclar y que la energía y materiales que se tienen que gastar para esa “cosita” no merecen la pena. Es un gasto medioambiental muy caro.
Este ejemplo se puede aplicar a muchas otras cosas pero es verdad que en casa intento concienciarles bastante de los materiales y de la importancia de reducir, mucho más que de reciclar o reutilizar.
Consejo número dos: ved el documental GUERRA AL PLÁSTICO todos juntos
Y si no puede ser este seguro que hay algún vídeo en YouTube que ayuda a ver la realidad del consumo de plástico y es importante verlo juntos y que comprueben en volumen lo que nosotros les contamos.
El documental “Guerra al plástico” es muy interesante; en el dos profesionales invitan a los vecinos de una calle de Reino Unido a reducir su consumo de plástico con nuevas alternativas.
En uno de los capítulos dos hermanas acuden a una reconocida cadena de hamburguesas con varios carros llenos de juguetes de sus menú infantiles, para decirles que nos los quieren y que por favor los reciclen ellos. Es muy laborioso el reciclaje de estos muñecos. Por su puesto la cadena no les recibió de manera muy simpática pero poco a poco las cosas van cambiando y ahora la compañía ha decidido hacer algunas modificaciones al respecto.
Consejo número tres: pasad a la acción
No es cuestión de volverse loco/a y tirar todo el plástico o desterrar este material de nuestra vida, que si es tu opción también está genial. Pero mejor, empezar poco a poco, con pequeños gestos que ayuden en el día a día.
1. Un básico pero que es indispensable
Lleva siempre una bolsita de tela en tu bolso o mochila, para esas compras que no esperabas, y así no hay necesidad de consumir bolsa de plástico. Y antes de que el dependiente inicie el proceso de embolsado rechaza la bolsa, a veces me pilla despistada buscando la mía en el bolso y suerte que tengo a mi hija que dice a tiempo: “No, no queremos bolsa”.
2. No utilices papel de aluminio
Soy muy maniática en el consumo de una sola vez, lo evito todo lo posible. Así que la merienda de los salvajitos hace muchos años que no lleva papel de aluminio, utilizamos estas bolsas maravillosas que duran años y le dan alegría a la merienda del cole y a los picnics de fin de semana. Además en la tienda de Esturirafi las puedes encontrar.
3. Piensa en lo que compras
¿Alguno de los alimentos que consumís lo podéis conseguir en otro formato? Por ejemplo el tomate frito o los yogures. También piensa en esos productos del baño en los que a lo mejor es preferible rellenar que no comprar un bote nuevo cada mes, como el jabón de manos para los peques.
4. Di no a las bolsas de un solo uso
Esto es un nivel más pro, pero tampoco me gustan las bolsas de la fruta para el supermercado, cuando voy a hacer la compra llevo las mías propias y una de ellas hace de guante. Para mis enanos el guante de plástico era siempre una tentación pero a base de explicarles lo que supone el consumo de ese plástico por 5 minutos lo han entendido.
5. Hazles sentir responsables
Hazles sentir responsables e invítales a que sean ellos/as quienes lleven su botella de agua que no sea de plástico y que puedan rellenar.
Poco a poco todos estos cambios y pequeñas explicaciones harán que sean conscientes de lo que supone este consumo y ellos mismos piensen en alternativas mejores.
Si te quedas con ganas de ver que otras cosas puedes cambiar en tu día a día para llevar una vida más sostenible en mi blog Estrellas Sin Luna te doy más ideas.
Último consejo: reflexiona un momento antes de comprar, si de verdad hace falta o si no hay un formato mejor. Yo lo aplico desde hace años y además de ahorrar me ha servido para concienciar en familia de lo que consumimos.
María P. Estrellas Sin Luna