Ecofeminismo: Cada vez oirás más este término. Las evidencias señalan que urge un cambio profundo en la propuesta de desarrollo impuesta en el último siglo. Un modelo basado en el crecimiento permanente sin tener en cuenta que habitamos en un mundo de recursos finitos. Un sistema que vive en déficit y sobrepasa los límites del planeta y de las personas. Un paradigma que sólo considera los trabajos productivos sin atender a todos aquellos que permiten sostener la vida.

Porque para que una persona pueda ir a trabajar hay otras que preparan su comida, atienden a sus hijas o hijos o cuidan de que sus hogares sean confortables.

Qué es el ecofeminismo

El modelo ecofeminista evidencia la inviabilidad de este modelo occidental actual y propone la fuerza del cuidado y la cooperación como alternativa.  Los ecofeminismos se expresan en plural, porque valoran y acogen la diversidad necesaria para ofrecer soluciones acordes a las distintas realidades. Es el encuentro de ecologismo y feminismo, dos movimientos presentes por todo del planeta. Vamos a entender qué son por separado y cómo se proponen a nivel teórico y práctico.

Ecologismo y feminismo

El  ecologismo social es un planteamiento crítico que expresa que la humanidad es parte de la naturaleza y tiene la capacidad de regenerarla o de degradarla. Las acciones del ser humano, nuestros hábitos diarios, influyen en el cuidado o en la destrucción de los ecosistemas, siendo el modelo actual físicamente insostenible. Critica el enfoque de la economía lineal y evidencia la necesidad de transformarla en una economía circular, como la que encontramos en los sistemas naturales, en la que los residuos generados se integran de nuevo dando paso a otros procesos.

El  feminismo es un movimiento de emancipación de las mujeres que denuncia al patriarcado como el sistema de opresión más antiguo de la humanidad mostrando a los hombres con más poder (económico, jurídico, físico…) que las mujeres y considera que los valores asociados a ese género tienen más valor. A lo largo de la historia se ha anulado la visión, experiencias y expectativas de las mujeres relegando e invisibilizando su vida, sus tareas y sus pensamientos. Este modelo patriarcal se perpetúa al segregarnos en dos grupos sociales con características, mandatos y expectativas diferenciales que generan una enorme brecha social. Este modelo deja escapar el potencial de la mitad de la población y no tienen en cuenta que somos interdependientes y por tanto todas las personas son necesarias.

ecofeminismo
Evelyn de Matarrania Cosmética BIO. Peñarroya de Tastavins (Teruel)

Ecofeminismo

Los ecofeminismos unen estas dos corrientes de pensamiento y acción incidiendo en la necesidad de abordar un cambio profundo de paradigma, que incluye con fuerza la visión que llega desde los territorios del sur.

 “Ni la tierra ni las mujeres somos territorios de conquista”  es uno de los eslóganes ecofeministas que señala las similitudes entre la explotación de los recursos naturales y el papel que se ha impuesto a las mujeres: una mirada eminentemente utilitarista.

Desde el modelo de pensamiento neoliberal actual la meta de la sociedad se basa en el crecimiento de las economías financiera y productiva, sin tener en cuenta las necesidades de las personas y los seres vivos ni los límites de la naturaleza. Divide el mundo en dos: por un lado, el modelo de desarrollo y progreso (tecnología, lo urbano, industrialización, producción, dependencia de materiales fósiles) y por otro lado, el modelo de subdesarrollo (imagen que está conectada con la naturaleza, entorno rural, no acumulación de bienes y servicios).

Los ecofeminismos proponen un esquema opuesto a éste, un cambio de paradigma en el que el crecimiento no sea el fin, sino que el objetivo del desarrollo sea la sostenibilidad de la vida.

Una economía que debe estar al servicio de la sociedad para abordar las necesidades básicas de las personas, el bienestar y la calidad de vida. Construir “vidas que merezca la vida ser vividas”, como reflexiona Yayo Herrero.

Dejar de hablar de nivel de vida y cambiarlo por el de calidad de vida, porque no se trata de tener mucho, sino que se trata de que vivamos bien todas las personas. Construir una sociedad ecofeminista que tenga en cuenta las necesidades de los seres vivos, los límites de la biosfera y los límites de las personas.


Ejemplos de iniciativas ecofeministas

Ya existen muchos ejemplos de iniciativas que lo ponen en práctica día a día en nuestros territorios rurales como:

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Ana de Ecomonegros horneando el pan ecológico de Aragón. Leciñena (Zaragoza)

Ecomonegros, que basa su producción agroecológica en la recuperación de variedades locales y atiende la vida de las personas

El Colletero que, en Nalda, construye una comunidad cuidadora.

Chocolates Isabel que desde Alcorisa nos recuerda que la calidad debe incluir el respeto.

Kikiricoop, que remunera los trabajos reproductivos y de cuidados de las cooperativistas.

Etxadeko Emakumeak que contagia de feminismo la soberanía alimentaria, la agroecología y la influencia rural.

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Malu y Mar de Etxaldeko Emakumea. Zeberio (Bizkaia)

Crisis ecológica y ecofeminismo

Vivimos una crisis ecológica que se hace palpable: cambio climático, pérdida de la biodiversidad, escasez de materias primas, deforestación, pico del petróleo, agotamiento de la energía fósil, contaminación por plásticos, muerte de los bosques, de los océanos… Una época de colapso.

Creemos que un cambio de rumbo no solo es necesario, sino que es urgente. Necesitamos poner los cuidados en el centro y basarnos en los ecofeminismos teniendo en cuenta que somos seres ecodependientes de la naturaleza que nos rodea e interdependientes de la comunidad que nos acompaña.

Para ello tenemos que organizarnos, confrontar y desobedecer. Desbancar a los mercados del epicentro y colocar lo común con los cuidados en el centro como principios políticos. Es posible poner en marcha y apoyar alternativas desde la alegría, la cooperación y la solidaridad.

Impulsar cambios estructurales en economía y política, sin pedir permiso para desobedecer las leyes y normas injustas. No debemos olvidar que el éxito ha de pasar por una vida sencilla en lo material, desarrollada en cercanía y resiliente. Podemos hacerlo y lo haremos. Tengamos siempre presentes las palabras de Alicia H. Puleo: “Ser ecofeminista significa ser rebelde y resiliente para vivir los tiempos de crisis climática con energía, generosidad y ansia de justicia”.


Te invitamos a que vengas a pedalear con nosotras, a conocer iniciativas transformadoras y a realizar talleres enriquecedores. En colaboración con Active Woman hemos preparado una escapada en bicicleta durante 4 días para conocer iniciativas basadas en los Ecofeminismos, la Soberanía Alimentaria y la Agroecología. Un slow travel que te llevará a conocer, no sólo el territorio donde habitan las iniciativas, sino a talleres y actividades para que las conozcas en profundidad y… ¡Todo en bicicleta!

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