No hay consejo más básico de estilo que mantener tus prendas bien cuidadas, además ¿hay algo
más sostenible que cuidar lo que tienes? El cuidado alarga la vida útil y con ello reduce su huella de carbono un hasta un 25% de media. Y el calzado es, posiblemente, la prenda que más sufre y que a su vez, más miradas suele atraer. Aquí encontrarás una guía para cuidarlos como merecen.
“¿Qué es elegancia? ¡Agua y jabón!” Cecil Beaton
“Compra menos. Elige bien. Haz que dure” Vivienne Westwood
Consejos para alargar la vida de tu calzado
Antes de empezar
Para poner en práctica la sostenibilidad evita los aerosoles, productos de usar y tirar o disolventes. Los borradores de limpieza (o borrador mágico) son abrasivos y otros, como los spray de tratamiento waterproof o betunes, bastante agresivos, aunque en caso de que te salven el zapato, merece la pena valorar cualquier opción.
- La goma de borrar y rotuladores o colorantes resistentes al agua y de composición vegetal son una mejor opción antes de las anteriores, más extremas. En todo caso, consulta con un profesional de reparado de calzado para que lo valore.
- Por norma general, si hay alguna mancha, se debe actuar lo antes posible.
- Los metales y hebillas, se pueden limpiar con trapo de gamuza.
- Revisa después de cada temporada suelas y tapetas por si necesitan ser reparadas o cambiadas.
Estos cuidados se pueden aplicar a bolsos y mochilas de los mismos materiales pero ante cualquier duda pregunta a la marca sobre su cuidado.
1. Deja airear y descansar el calzado
Tanto las plantillas como el material exterior necesitan bastantes horas para poder volver a su forma original, lo recomendable con 24 horas, por eso llevar todos los días el mismo par de zapatos no es la mejor opción.
Para airearlo, antes de guardar en el armario, simplemente deja un par de horas en un lugar fresco, seco y abierto.
2. Cuida su forma
Hormas de madera, papel de periódico o similar, son opciones necesarias, especialmente cuando hablamos de cuero animal o materiales fácilmente deformables. No sólo evitas arrugas y grietas, también absorbe la humedad y el olor que haya podido quedar tras el aireado. Puedes añadir una bolsita con hojas de laurel o arroz con alguna hierba aromática o impregnar con 4 gotas de aceite esencial el arroz.
Usar calzador en los zapatos cerrados, y para los que tienen cordones, desabrocha y afloja
siempre hasta mitad del empeine. Si lo necesitas, añade almohadillas especiales o refuerzos en
zonas de desgaste.
3. Limpieza de rutina
Lo ideal sería dar un leve cepillado cada vez que usemos nuestros zapatos, en suelas bastaría con un felpudo clásico o con cepillo incorporado. También puedes “golpear” o frotar las suelas una contra otra (siempre en seco). Para limpiar al detalle, un cepillo con cerdas medias o duras, como las fibras de coco. Aspirar, si hay costuras de colores contrastados, es la mejor opción.
El resto del zapato (la parte exterior) basta con pasar en seco un cepillo o esponja suave quitando el polvo y un paño suave, en el caso del cuero, tipo gamuza, para abrillantar.
Guardarlos sin que se aplasten entre ellos, en cajas de cartón, estanterías o bolsas de tela transpirables, nunca en cajas o bolsas de plástico ni unos sobre otros. La piel y muchos otros materiales son sensibles a la luz, por eso es mejor que no les dé directamente mientras no se usan.4. Limpieza de temporada o específica
Cuando necesitamos un extra de limpieza se trabaja por capas:
- Primero se quitan los cordones si los tiene.
- Luego limpiamos en seco, polvo y residuos secos con un cepillo suave y aspirador, haciendo especial hincapié en costuras, pliegues y piezas como la lengüeta, un cepillo de dientes viejo nos puede ayudar bastante aquí.
- La plantilla, si es de tela pero no se puede lavar en lavadora, se limpia de la misma forma que la suela; haciendo una mezcla en un atomizador ⅔ agua ⅓ de vinagre y un poco de jabón neutro disuelto, se cepilla y se aclara con un paño con agua o agua y vinagre.
- Se deja secar al aire.
Para suelas muy sucias y de colores claros se puede cambiar el jabón neutro por uno más “fuerte” como lavavajillas o jabón negro/potásico.
Nobuk, serraje, piel vuelta, ante, mismo efecto de origen vegetal:
En caso de mojarse con agua, absorber con una toalla o similar el exceso, dejar secar cerca de un ventilador y cepillar de vez en cuando hasta el secado total.
Para limpieza general profunda usa un cepillo goma o crepé resistente y cepillar en las dos direcciones, para roces y manchas superficiales utiliza un borrador (de papelería) y cepillar en una dirección para terminar.
Cuero:
No se debe mojar ni usar jabones, sólo cepillar suavemente, limpiar con un paño seco y en caso de manchas usar almidón de maíz cuando aún no esté seca para que absorba, dejar los zapatos del revés para que no siga penetrando la salsa, aceite o agua. Después de unos minutos cepilla con suavidad para quitar los restos o repite si es necesario.
Se puede hidratar con aceite de coco si el acabado lo permite lo crees necesario (ten en cuenta el color oscurece un poco al hacer esto).
Charol:
Un paño con agua y un poco de jabón, húmedo, nunca mojado. Para rayones, abrillantar con un paño seco que no deje pelusa, con ceras naturales o un poco de aceite de coco.
Efecto cuero:
Generalmente, al no tener poros como la piel genuina, se pueden humedecer levemente con un paño de agua y jabón neutro. Para manchas puedes frotar almidón de patata, esperar a que se seque y retirar con un paño húmedo.
Para abrillantarlos usa la cáscara de un plátano y retira el exceso con un paño seco en movimientos circulares.
Calzado de LONA O SIMILAR (sin piezas de otros materiales):
Limpiar a mano con un cepillo, agua y jabón neutro, aclarar y dejar secar al aire.
En el calzado blanco que esté degradando su color o tenga una mancha, una mezcla con bicarbonato de sodio y vinagre blanco dejando actuar unas horas, en caso de manchas muy amarillentas o suciedad incrustada podemos hacer una pasta de percarbonato y agua templada, dejarla actuar de 1-4 horas, aclara con agua y limpiar con normalidad.
En caso de zonas amarillentas persistentes. La goma típica de este calzado se puede blanquear, al igual que las partes de tela, con Agua Oxigenada / Peróxido de Hidrógeno 3%.
Las manchas de césped o bolígrafo se pueden quitar con un poco de alcohol.
Yute y esparto:
Cepillar con un cepillo medio en una misma dirección. Con un paño humedecido con una mezcla de ⅔ agua + ⅓ de vinagre y un pelín de jabón, se debe mojar, cepillar y enjuagar un par de veces y en este caso, siempre que el resto de materiales no tengan peligro de decolorarse, dejar secar al sol.
¿Cuidas tus zapatos de forma habitual? ¿Tienes algún truco que quieras compartir?
Bianca Fuentes
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Foto portada: Paloma Barceló Fotos: Palm Studio
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2 Comentarios
Que razón con que “ir aseada” que dice mi madre es imprescindible para lucir cualquier estilo, voy a probar algunos de los trucos de limpieza ya mismo!
¡Así es Ana! Ya nos cuentas qué tal con los nuevos métodos de limpieza 🙂