El 1 de noviembre se celebra el Día Mundial del Veganismo, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el impacto de nuestras elecciones alimentarias y cómo éstas pueden influir en el futuro del planeta. En un contexto de emergencia climática, el veganismo surge como una alternativa que va mucho más allá de la alimentación: es una propuesta para reducir nuestra huella ambiental, promover la justicia social y repensar nuestra relación con los seres vivos.
Para profundizar en este tema, te invitamos a escuchar el episodio más reciente de nuestro podcast Hacia lo Salvaje “El Viaje hacia el Veganismo”, donde conversamos con dos mujeres inspiradoras: Elisa Blanco Barba, periodista, activista por los derechos de los animales y fundadora de Madrid Vegano y My Vegan Magazine, y Jenny Rodríguez Fernández, autora del blog Mis Recetas Veganas y del libro Vive Vegano. Juntas, exploramos si el veganismo podría ser la clave para combatir la crisis climática y cómo esta filosofía de vida cambia nuestras experiencias al viajar y vivir en el mundo.
¿Cómo contribuye el sistema alimentario a la crisis climática?
El informe especial del IPCC sobre el cambio climático y la tierra señala que la ganadería intensiva es responsable de aproximadamente el 14,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Este porcentaje es similar al que genera el sector del transporte, pero con un agravante: el sistema alimentario basado en la ganadería también implica una devastación de los recursos naturales, como la deforestación masiva para la producción de pastos y cultivos destinados a alimentar al ganado.
El informe también destaca que la producción de carne utiliza una cantidad desproporcionada de recursos: más del 25% de la superficie terrestre sin hielo se destina a la cría de ganado, y cerca del 70% del agua dulce utilizada en la agricultura se dedica a la ganadería intensiva. Este modelo no solo acelera la pérdida de biodiversidad, sino que también degrada los suelos, lo que afecta gravemente la capacidad del planeta para absorber CO2.
Agua, emisiones y justicia alimentaria: El impacto de la dieta vegetal
Uno de los aspectos más alarmantes del actual sistema alimentario es el uso del agua. Como mencionó Elisa Blanco en el podcast, para producir un kilo de carne de ternera se necesitan aproximadamente 13.000 litros de agua, mientras que para producir un kilo de lentejas se requieren solo 1.250 litros, menos de una décima parte. Este dato refleja la enorme ineficiencia de la producción de carne en comparación con las alternativas vegetales.
Además, el veganismo no solo se propone como una herramienta para reducir emisiones y ahorrar agua, sino que también plantea una mayor justicia alimentaria. Jenny Rodríguez destacó cómo “sacar al animal de la ecuación y apostar por el vegetal permite un mejor reparto de los alimentos”, ya que gran parte de los cultivos actuales no se destinan al consumo humano, sino a la alimentación del ganado. Al adoptar una dieta vegana, se liberarían grandes cantidades de alimentos que podrían alimentar directamente a las personas, ayudando a reducir el hambre y la inseguridad alimentaria global.
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El veganismo como una solución ecofeminista
El veganismo, además de ser una respuesta ambiental, también está estrechamente relacionado con la justicia social y el ecofeminismo. Marta Tafalla, filósofa y autora del libro Filosofía ante la crisis ecológica, subraya cómo el sistema agroindustrial actual perpetúa dinámicas de explotación que no solo afectan a los animales y al medio ambiente, sino también a las comunidades humanas más vulnerables, especialmente a las mujeres. Según Tafalla, el veganismo ofrece una alternativa que respeta tanto la vida animal como humana, rompiendo con las estructuras de explotación que alimentan la crisis climática.
El ecofeminismo, una perspectiva que reconoce las conexiones entre la opresión de las mujeres y la degradación de la naturaleza, ve en el veganismo una herramienta para luchar contra ambas formas de injusticia. Al adoptar una alimentación basada en plantas, no solo reducimos nuestra huella ambiental, sino que también participamos en la construcción de un sistema alimentario más justo y sostenible.
El ecofeminismo, una perspectiva que reconoce las conexiones entre la opresión de las mujeres y la degradación de la naturaleza, ve en el veganismo una herramienta para luchar contra ambas formas de injusticia. Al adoptar una alimentación basada en plantas, no solo reducimos nuestra huella ambiental, sino que también participamos en la construcción de un sistema alimentario más justo y sostenible.
Un viaje hacia la sostenibilidad
En este Día Mundial del Veganismo, es un buen momento para cuestionarnos si nuestras decisiones alimentarias pueden ser parte de la solución a la crisis climática. Los datos son claros: una alimentación basada en plantas reduce considerablemente nuestra huella de carbono, el uso de agua y la destrucción de ecosistemas. Además, promueve una distribución más equitativa de los recursos y fomenta la justicia social.
Si quieres explorar más sobre cómo el veganismo puede transformar no solo el planeta, sino también tu vida, te invitamos a escuchar el episodio completo “El Viaje hacia el Veganismo”. de nuestro podcast Hacia lo Salvaje Junto a Elisa y Jenny, profundizamos en las herramientas necesarias para emprender este viaje personal y colectivo hacia una alimentación más consciente y sostenible.
¿Te animas a comenzar tu propio viaje hacia el veganismo?
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Si quieres saber más te espero en hacialosalvaje.net