María Negro es: activista, divulgadora sobre la sostenibilidad y consultora en comunicación de negocios que impactan en positivo, además de autora de «Cambia el mundo: 10 pasos hacia una vida sostenible” (Zenith). En esta entrevista hablaremos de consumo responsable, alimentación vegana, de acciones individuales vs colectivas, de la cultura del exceso y de usar y tirar…

¿Alguna vez te has planteado qué implica la palabra sostenibilidad?
¿Está relacionado con reducir tus residuos? ¿Con consumir menos y de manera más responsable? ¿Con comer menos carne? ¿Es algo individual o colectivo?

La sostenibilidad es una actitud de vida que te hace estar más despierta y conectada contigo misma. La sostenibilidad ha sido – y es- una herramienta de autoconocimiento. A lo largo del libro planteo preguntas y ejercicios para que las lectoras hagan un viaje introspectivo. Que les ayude a reconectar con ellas mismas, conocerse mejor y tener una vida más alineada con lo que piensan, creen y sienten, sin comprometer al planeta. Es un proceso revelador que trae mucha felicidad y satisfacción personal. -María Negro


El título del libro «Cambia el Mundo» es una declaración de intenciones, ¿Qué significa para ti cambiar el mundo?¿realmente está en nuestra mano conseguirlo?

Sé que título ambicioso e incluso puede sonar utópico :-), pero creo firmemente que para cambiar el mundo hay que empezar por el nuestro propio.

Mi objetivo con este libro es remover conciencias, que nos haga recuperar el poder que todas tenemos (y muchas veces e nos olvida) como consumidoras, ciudadanas, individuos o madres y nos de la información, los recursos, las herramientas y la motivación necesaria para empezar a ACTUAR.

Aunque necesitemos que nuestros gestos diarios estén acompañados de cambios sistémicos y globales para hacer frente a esta crisis climática, no debemos dejar de lado el gran poder de los pequeños gestos individuales. Ahí mi mantra que no paro de repetir:  “pequeños gestos, grandes cambios” . Lo que pensamos, hacemos, consumimos y decidimos tiene un impacto en el entorno y en nuestra mano está contribuir a este cambio de conciencia.


Entremos en materia ¿Cuáles son para ti los puntos fundamentales en los que debemos centrarnos para conseguir este cambio?

Precisamente en el libro planteo un método para llevar una vida más sostenible a través de diez sencillos pasos. Cada uno está relacionado con una esfera de nuestra vida: qué necesitamos para ser felices, qué comemos, cómo nos movemos, de qué forma consumimos, qué residuos, generamos, cómo podemos tener un hogar más eficiente, cómo viajamos, qué hay en nuestro baño, etc.

A través de él aprenderán a tener un armario más respetuoso con el planeta consumir con cabeza, reducir sus residuos, evitar la basura desechable, simplificar su vida, aceptarse más y necesitar menos productos y cosméticos o desperdiciar menos comida.

No hay un único camino, todos son válidos, lo importante es que empecemos a actuar.

Si tuviera que destacar  3 hábitos poderosos  de todos los que desarrollo en en diferentes capítulos del libro serían estos:
  1. Minimizar nuestros residuos. Tanto en la cocina como en el baño. Evitando el desperdicio de alimentos, comprando a granel, dejando a un lado todo lo desechable, apostando por la cosmética solida y por objetos reutilizables y duraderos.
  2. Reducir nuestras necesidades y simplificar nuestra vida.
  3. Consumir de manera responsable. Reflexionando sobre dónde va a parar nuestro dinero y a qué tipo de empresas apoyamos con él.

En el libro no solo hablo de sostenibilidad sino de mucho más: emociones, feminismo, empoderamiento, autoconocimiento, crecimiento personal activismo y sobre todo comparto los descubrimientos, dudas, frustraciones y aprendizajes que experimentado yo misma en esta búsqueda hacia una vida más sostenible. Que me ha permitido conocerme mejor, conectar más conmigo misma y vivir más alineada con lo que creo.

Vivimos en una cultura del exceso y de la acumulación, del ruido, en la que se compite por la atención, llena de personas con estrés y ansiedad. ¿Cómo hemos llegado a este punto?

Vivimos en una sociedad de usar y tirar basada en los excesos.

Se nos ha transmitido la idea de que “somos lo que tenemos” y sin querer, nos lo hemos creído. Si damos un paseo por nuestras casas vemos que están abarrotadas de cosas que apenas utilizamos: baños atestados de cosméticos y productos de belleza, armarios llenos de ropa, neveras a tope de comida que acabamos tirando, etc. ¿verdad que sí?

Todo esto nos obliga a vivir demasiado apegadas a lo material y a basar nuestra existencia, identidad y autoestima en el TENER más que en el SER. Reafirmándonos a través de la ropa que vestimos, del bolso que llevamos, del coche que conducimos, etc.

Y en muchos casos nos hace sentirnos culpables, nos genera ruido, bloqueo mental, agobio, ansiedad, estrés y vacío. Buscamos desesperadamente organizar nuestras casas siguiendo el método de Marie Kondo. Ganar y liberar espacio, tener paz mental, ser más productivas, todo ello con el fin de recuperar el control y la calma. Aunque en el fondo seamos conscientes de que lo que realmente nos llena, no se compra con dinero: leer un buen libro, un paseo en la naturaleza, pasar tiempo con los nuestros, etc.

La cultura del exceso nos empuja a acumular objetos y prendas de mala calidad que duran cada vez menos tiempo, a premiarnos a golpe de tarjeta, a consumir de manera compulsiva información, contenido y cosas, a vivir desconectadas de la naturaleza, a desperdiciar materiales, a generar cantidades ingentes de residuos…  Sin duda estamos en el mejor momento para repensar nuestra forma de vivir. 


¿Cómo podemos cambiar el mundo a través de lo que comemos?

Lo que hay en nuestro plato está íntimamente ligado con medioambiente, por ello podemos minimizar nuestro impacto a través de lo que comemos, ya que lo hacemos 3 veces al día durante toda nuestra vida. Además de evitar el desperdicio de comida. Apostar por el consumo de alimentos de temporada de Km0 y de origen ecológico. Podemos marcar la diferencia reduciendo el consumo de carne y de alimentos de origen animal.

La FAO (La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) calcula que el sector ganadero, especialmente el vacuno, es responsable de la emisión del 14,5 % de los gases de efecto invernadero. – Fuente: Libro Cambia el Mundo, María Negro Ed. Zenith 2020

No se trata de volvernos todas veganas (si no es nuestra decisión) pero reduciendo drásticamente nuestro consumo de carne y proteína animal y fomentando otros alimentos de origen vegetal como frutos secos, frutas, verduras, legumbres, cereales, semillas, etc estaremos siendo mucho más sostenibles y eficientes. Ahorraremos recursos como agua, tiempo, dinero, espacio cultivable y emisiones de CO2; evitaremos la deforestación de reservas naturales y contaminación del suelo, del aire y del agua, así como el sacrificio de millones de animales.

Por lo tanto revisar lo que comemos puede ser un gesto revolucionario a la hora de minimizar nuestro impacto en el planeta.


¿Y en nuestra manera de consumir?

 La clave del consumo responsable está en reflexionar y buscar información. Consumir responsable nos hace darnos cuenta de que nosotras tenemos una responsabilidad como consumidores, que nuestro dinero es un voto y que hay que empezar a ser conscientes del impacto que tienen nuestras acciones. Por eso hay que ser más críticas, investigar sobre qué hay detrás de las marcas y las empresas y sus prácticas… Pero, sobre todo, debemos reflexionar sobre si necesitamos realmente lo que deseamos (muchas veces esas supuesta necesidades son infundadas) o si lo podemos conseguir de otra manera: por intercambio, de segunda mano, prestado, alquilado…

Por ejemplo, una de mis iniciativas se llama Consume con coco y es un escaparate con más de 70 propuestas de todo tipo moda alimentación, cosmética, de empresas responsables a nivel social y medioambiental. Esta iniciativa nace con el espíritu de apoyar y dar visibilidad al trabajo de empresas y marcas sostenibles, así como para concienciar sobre la importancia de consumir con cabeza y vivir de manera sostenible. También es la manera de unir a estas empresas con los consumidores responsables. Para que sepan que hay un sitio donde ya se ha hecho un filtro seleccionando a empresas sostenibles.


¿Cómo podemos motivar a las personas que tenemos a nuestro alrededor para que se sumen a este movimiento?

Compartir nuestro proceso. Hablar de los beneficios, de lo que nos está ayudando o aportando tener una vida más sostenible. Contagiar a los de nuestro alrededor a través del entusiasmo, no del juicio, ya que cada una tenemos nuestro proceso.

Todas podemos convertirnos en agentes y líderes de cambio, capaces de inspirar y motivar a otras personas gracias a la tecnología y a herramientas como las redes sociales.


Conocemos a María Negro desde hace muchos años, su proyecto y el nuestro nacieron casi al mismo tiempo. Ha sido genial ver como año a año, con mucho trabajo detrás ha ido creciendo y evolucionando. Su libro es el reflejo de este camino, un camino de aprendizaje hacia una vida sostenible. Es una suerte que lo haya escrito y podamos aprender con ella.

Si quieres seguir de cerca todos sus pasos no te pierdas su Instagram @soymarianegro


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Siempre aprendiendo algo nuevo. La mitad de Esturirafi, escribo sobre vida saludable y moda sostenible.

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