Practicar minimalismo con niños supone tomar decisiones más afinadas en nuestro día a día. Meditamos mucho la concepción de cada niño, pero poco la manera en que pretendemos educarlos. Hoy voy a proponerte una metáfora visual:
El mar está formado por pequeñas gotas de lluvia. Esas gotas de lluvia caen en una montaña que no es del todo permeable y van cayendo y uniéndose a otras, que a su vez conforman un cauce. Y ese cauce desciende con una corriente que acaba en la inmensidad del mar. Minimalismo con niños requiere trabajar la impermeabilidad y no dejarse empapar por lo que ‘se supone que deben tener los niños’(la corriente que va al inmenso mar), sino por lo que de verdad necesitan. Requiere vivir allá arriba, donde se respira un aire limpio.
Minimalismo con niños
En lugar de imponer el minimalismo a los niños, nos será más fácil educar en hacer las preguntas adecuadas: ¿De verdad necesito eso? ¿No tengo ya algo parecido? ¿Dónde lo colocaría? ¿Cuánto me va a durar?
Reducir la constante exposición a la publicidad que sufren los niños es un buen comienzo, pero veamos pautas sencillas y realistas para trabajar el minimalismo con niños a diario.
¿Cómo podemos hacer práctico el minimalismo con niños?
En el juego: La mayor preocupación de los padres. Si tienes hijos en plural, supone más juguetes y esto es irreductible, puesto que su trabajo es el juego.
- Invierte en buenos materiales que duren generaciones, no tengan edades ni sexo, y no le digan a tu hijo ‘cómo debe jugar con ellos’. Podemos reducir la cantidad de juguetes si optamos por juguetes que, siendo uno, tengan infinitas posibilidades. A este grupo de juguetes de amplia dimensión y pequeño espacio pertenecen las construcciones tipo Lego, las piezas imantadas estilo Magna-Tiles o encajables como los Policubos. Este tipo de juguetes nos van a cubrir de un golpe los juegos de creación de escenarios, personajes, estudio en casa, composiciones creativas y trabajo sensorial.
- Déjalo crear sin límites pero no guardes todas sus creaciones artísticas. Quédate con lo más increíble y recicla el resto. Si eres nostálgico, fotografía lo que no puedas guardar y mantén la foto. En casa cuelgan sus cosas en la nevera, cuando pasan unos días reciclamos sin pesar: ellos saben que hemos disfrutado de la exposición pero harán cosas mejores.
- Dadle uso a vuestro carné de la biblioteca. Para vuestra colección bastará con tener esos buenos libros a los que el niño vuelve de forma reiterada; los demás pueden pedirse prestados.
- No hay escenarios de primera o segunda para jugar o ejercitarse. La calle vale, tus escaleras valen, debajo de la mesa vale, el parque de enfrente… vale. El juego exterior no necesita ‘cosas’.
En la ropa: ¿Cuántas prendas salen al hacer limpieza de armario de tu hijo que encajan con la frase ‘No se lo ha puesto nada’?
- Tener más de 7 prendas de cada tipo de ropa no tiene sentido. Salvo ropa interior, ni las partes de arriba ni las de abajo justifican tener más de 7 pantalones, más de 7 camisetas o más de 7 jerséis. Pero no somos números: 6, 8, 10, se trata de elegir una cantidad juiciosa.
- Evalúa qué cosas hacen tus hijos semanal y mensualmente. Para la mayoría de familias es suficiente un solo traje formal.
- Embárcate en la ropa de segunda mano. Le haces un bien al planeta y sus recursos, así como a tu economía. De esta manera buscas lo que necesitas sin dejarte deslumbrar por el escaparate de temporada.
- Como en los juguetes: minimalismo supondrá invertir en calidad para que nos dure más pero también escoger lo que de verdad le guste al niño así que déjalo elegir. No se trata de tener poco, sino solo lo que nos encanta y es suficiente.
- Su ropa no define quiénes son: simplifica, compra dos prendas iguales si le chifla y deja que vista sus colores.
En organización del hogar:
- Menos cosas es menos tiempo recogiendo ¡y mucho tiempo ahorrado en peleas y gritos! Habilita un espacio para guardar cada cosa y solo encárgate de recordarle que guarden algo antes de coger lo siguiente.
- Lo que no da tiempo a recoger o siempre anda tirado por el suelo, no les merece la pena. Guárdalo en una bolsa por unos días y dónalo si no lo habéis echado de menos. Yo tengo una bolsa detrás de la puerta donde van las cosas que andan por el suelo con desprecio. Se revisa cada 15 días y pocas veces alguien dice ¡Lo estaba buscando!
- Mantén las superficies horizontales vacías. Escritorio vacío para poder crear, suelo vacío, sillas vacías. Si acumulamos, sobra. Lo que tienes que guardar en cajas bajo la cama o sobre los armarios, sobra. Si no se usa, sobra. (Y si lo usas una vez al año, alquílalo).
- Minimalismo con niños también supone no dejarse llevar por agendas desbordantes de actividades extraescolares, cuentacuentos o ferias. Todo en su justa medida. No temas que los niños se pierdan nada porque cuando de verdad nos perdemos es cuando llenamos sus agendas cual ministros. Olvídate de términos como ‘cerebros esponja’, ‘estar a tiempo’ o ‘aprovechar sus capacidades’: estar en la vida de forma sencilla les permite aprovechar sus vivencias. Y todas son dignas y únicas, sin alharacas. Tender contigo también es una oportunidad.
Ser minimalista con familia es diferente. No te dejes deslumbrar por las casas vacías y blancas de YouTube: los niños traen manchas de tomate, chocolate y acuarela. Manchan la ropa y crean gran alboroto, pero si seguís apostando por lo esencial, vivís en minimalismo.
Las casas de familias minimalistas se desordenan y se ensucian ¡mucho! Pero tienen la facultad de poder establecer el orden en muy poco tiempo: el mismo que ganan para compartir experiencias juntos.
Bea Sánchez
©Todas las imágenes del post son propiedad de Mamá Valiente (Bea Sánchez)
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